Un importante grupo de escritores, investigadores, artistas visuales, historietistas, periodistas, docentes, bibliotecarios, músicos, coordinadores de programas de lectura y representantes de instituciones vinculadas a la infancia, emitió un contundente mensaje en torno al conflicto palestino-israelí. Con cerca de mil firmas, la «Carta urgente en defensa de las infancias de Gaza y su derecho a la vida» denuncia «el mayor infanticidio de este siglo». «La literatura para la infancia no puede desviar la mirada ante este horror», sentencia. Y exige a los autores y autoras israelíes y los organismos de derechos humanos latinoamericanos que se pronuncien y actúen. Opinan, en diálogo con Página/12, Mempo Giardinelli, Luis Scafati, Istvansch, María Teresa Andruetto, David Wapner y Matías Grillo.
Entre los argentinos que firman están Adolfo Pérez Esquivel, Oche Califa, Luis Pescetti, Oscar Grillo, Sergio Langer, Quique Alcatena, Inés Garland, Isol, Canela, Nora Lía Sormani, María Cristina Ramos, Ema Wolf, Natalia Porta López, Paula Bombara, Nacha Vollenweider y María Soledad Otero. Hay adhesiones desde Uruguay, Chile, Brasil, Perú, Venezuela, Colombia, México, El Salvador, España, Portugal e Italia y desde Israel.
«Silencio temeroso»
Andruetto fue una de las redactoras del mensaje, junto a Wapner, Matías Trillo, Laura Escudero y Adolfo Córdova (periodista, escritor e investigador, de México). Para ella la carta «ha funcionado como modo de romper esa suerte de silencio temeroso de ser acusado de antisemita. No se trata de eso. Por eso, la carta habla de la infancia. Nos parecía que al respecto había un silencio atronador», dice la escritora, quien previamente hizo una columna radial llamada «Anatomía de un genocidio» sobre el mismo tema. «Encontramos mucha respuesta, más de la que imaginaba. Ese silencio se rompió ante muchas personas que nos transmitieron que querían pronunciarse y no sabían ni cómo ni dónde.»
La carta destaca que del total de 45 mil asesinados en Gaza, cerca de 20 mil son niñes. «Todo esto ocurre en un territorio sitiado, asediado y perimetrado por Israel», describen los firmantes. En este contexto, «la literatura para la infancia no puede desviar la mirada ante este horror. Nada puede ser lo mismo luego de esto que se menciona como una ‘guerra declarada a los chicos’. Todo el hacer relacionado con la infancia se vacía de sentido, se vuelve palabra hueca, si se ignora lo evidente: se está ejecutando hace 411 días una orden política genocida, con el particularismo de tener números de infanticidio escalofriantes».
Más chicos asesinados que adultos
El documento cuestiona la «exhibición pública, casi festiva de un acontecimiento atroz» que no recibe sanción de gobiernos e instituciones y replica señalamientos de Naciones Unidas: hay más chicos asesinados que adultos varones, miles de niñes con heridas y quemaduras gravísimas, decenas de desplazados, de los cuales muchos «caminan huérfanos y perdidos por calles en ruinas sobre las que duermen, o están muriendo por heridas o enfermedad ya sin familiares con vida». Otros miles de cuerpos de chicos esperan «bajo millones de toneladas de escombros a ser encontrados».
Aparecen, al finalizar, un conjunto de exigencias. Se pide a las autoras y autores israelíes de libros para la infancia, sus editores y difusores, un pronunciamiento; y a los organismos de derechos humanos argentinos y latinoamericanos, a fundaciones y asociaciones civiles que trabajen con infancias y víctimas de crímenes de lesa humanidad, que exijan investigaciones a la Corte Internacional de Justicia.
El documento, emitido el 20 de noviembre, pedía también un pronunciamiento a la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil (IBBY), creada por la filántropa Jella Lepman en 1953 en respuesta al genocidio que el nazismo perpetró al pueblo judío. Este viernes el pronunciamiento llegó, con un llamado para apoyar a los «niños en crisis en Gaza, la Cisjordania ocupada y el Líbano». El texto menciona datos de Naciones Unidas: que casi el 70 por ciento de los muertos en Gaza son mujeres y niños, que las edades más representadas fueron las de cinco a nueve años, y que alrededor del 80 por ciento de los asesinados murieron dentro de viviendas. IBBY pide «urgentemente» a líderes internacionales, organizaciones humanitarias y la sociedad civil mundial «medidas para lograr un alto al fuego inmediato y el cese de todas las operaciones militares en Gaza y Cisjordania» y «el retorno inmediato de la ayuda tanto médica como alimentaria».
La etiqueta de antisemita
Como Andruetto, otros entrevistados se refieren a la automática etiqueta de «antisemitismo» que aparece al condenar las acciones del gobierno de Israel. «Es una guerra, el 7 de octubre Hamas hizo un estropicio, no lo voy a negar… pero eso no justifica la cantidad de barbaridades que Netanyahu está cometiendo, como brazo armado de EE.UU. Sabemos que los únicos que están ganando son los fabricantes de armas», dice Scafati. «Me incomoda, y me ha hecho participar de discusiones, porque inmediatamente te etiquetan de ‘antisemita’. El argumento es que no querés al judío, y no es así. Hay algo violento en todo esto, en el sentido de cómo se utilizan estos argumentos para denostar al que habla en defensa de los niños y en contra de la guerra. Basta poner un post sobre este tema para que mucha gente te etiquete. El planeta tiene mentalidad futbolera», advierte el dibujante.
Wapner -escritor, poeta, músico y editor argentino; vive en Israel desde 1998- opina: «El recurso a la acusación de ‘antisemita’ es una táctica extorsiva de Israel y de su lobby, que apela a la manipulación de la memoria del Holocausto, de la Shoah. Con un análisis básico queda en evidencia su vacuidad, pero pega en la emoción porque el Estado de Israel apela a la identificación de lo judío con Israel. Un Estado, aunque esté gobernado por judíos, puede incurrir en el fascismo, en el apartheids, en la limpieza étnica y el genocidio. Los judíos no somos inmunes a ser todo eso por el hecho de que fuimos víctimas del mayor genocidio del siglo XX. Ahora somos judíos quienes llevamos a cabo un genocidio, y el mayor infanticidio del siglo, en transmisión directa por las redes, fotografiado y grabado por víctimas y victimarios: Israel no oculta nada».
«El talón de Aquiles de esta locura es cuando se señalan ‘método, número y proporcionalidad en el uso de la violencia’. La sociedad argentina aprendió eso que parece tan elemental. Y la letra dura de todos los informes y testimonios que circulan de profesionales, especialmente de médicos en la primera línea del dolor, ordenando ese caleidoscopio de gritos y sangre, ya está sobre la mesa. Hay que escucharlos», aporta Trillo: «Todo lo demás, de las narrativas sobre el sionismo, judaísmo, colonialismo, mito, religión, occidente, democracia, imperialismo, etcétera ya es literatura. Y es la bobería que tiran a la cancha para complicar lo simple. Hay un asesinato masivo de chicos encerrados, y el mundo y sus burocracias gigantescas, como en una pesadilla de Kafka, reaccionan tan lentamente, que nunca nada es suficiente; estos millones de toneladas de ruinas y de chicos van a quedar ahí señalándonos nuestra propia indiferencia. Como un fantasma».
Infanticidio sin culpa
«Este infanticidio es el epítome, la cumbre de una enorme decepción que siento hacia la humanidad. Hemos fallado. Están pasando tantas cosas horribles en el mundo que hay que andar inventándose alegrías. Con el ascenso de las derechas es un acoso constante», expresa Istvansch. «La humanidad ha logrado inventar armas de una sofisticación inaudita para llegar al lugar al que tiene que llegar puntualmente. ¿La misma humanidad no pudo lograr que no sean los chicos los que la paguen? ¿Se caga en que eso llegue indiscriminadamente a quien llegue, sin importar que sean chicos? Encima, el imbécil del payaso del Estado (Milei) levanta la mano diciendo que ‘nosotros estamos acá’, que ‘queremos mandar tropas para la guerra, no para la paz'», añade el artista.
«Basta de matar chicos en Gaza y en Líbano, y donde sea. Hay una sola víctima en la guerra entre Israel y Gaza: el pueblo Palestino. Y hay una sola medida urgente que el planeta entero debe exigir al régimen genocida del dictador Netanyahu: dejen de matar niños. Lo demás es cuento» sentencia Giardinelli.
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