Nuevos resultados de un seguimiento a siete años del tratamiento con un esquema terapéutico compuesto por la quimioterapia tradicional más brentuximab vedotin, en linfoma de Hodgkin avanzado, confirmaron los beneficios contundentes de esta nueva combinación en términos de incremento de la sobrevida global (prolongación de la vida) y de la sobrevida libre de progresión (tiempo hasta que la enfermedad progresa).
Puntualmente, sobre la combinación brentuximab vedotin, los resultados del estudio clínico de fase 3 ECHELON-1, correspondientes a siete años de seguimiento, confirmaron los niveles que venían obteniéndose en cohortes anteriores de la investigación: reducción de un 38 por ciento en el riesgo de muerte y de un 32 por ciento en el de progresión de la enfermedad, en comparación con la terapia estándar.
La investigación evidenció también una sobrevida libre de progresión del 82.3 por ciento contra un 74.5 por ciento para el esquema terapéutico convencional, lo que en opinión de los investigadores son niveles que equivalen prácticamente a hablar de ‘curación’, mientras que, en términos de sobrevida global, el esquema combinado alcanzó el 93,5 por ciento vs. 88,8 por ciento.
Participaron de esta investigación más de 1300 pacientes con diagnóstico de linfoma de Hodgkin en estadio avanzado y sin tratamiento previo, de más de 120 países.
«Si bien, en los resultados iniciales, el estudio había mostrado un beneficio en términos de sobrevida libre de progresión pero no en sobrevida global, cuando se hizo la actualización a seis años pudo demostrarse que el beneficio en sobrevida libre de progresión seguía manteniéndose, pero –además– se agregaba el beneficio del incremento en la sobrevida global», afirmó Marta Zerga, médica hematóloga, directora del Área Médica del Instituto de Oncología Ángel Roffo (UBA) y miembro de la subcomisión de linfomas de la Sociedad Argentina de Hematología (SAH).
«En la actualización a 7 años de seguimiento, se observa que estos resultados favorables se sostienen, es decir que se sigue viendo la diferencia a favor de la rama que incluye al brentuximab, tanto en sobrevida libre de progresión como en sobrevida global. En síntesis, el hecho de que a siete años se siga manteniendo la misma diferencia, constituye un dato muy relevante», agregó.
El linfoma de Hodgkin (LH) es un tipo de cáncer del sistema linfático, caracterizado por el agrandamiento de un ganglio o grupo ganglionar. En el linfoma de Hodgkin, determinados glóbulos blancos, denominados linfocitos, crecen sin control, lo que provoca que los ganglios linfáticos se inflamen y que aparezcan bultos en todo el cuerpo.
Según proyecciones de prevalencia en otros países, cada año se presentan entre 2,5 y 3 casos nuevos de linfoma de Hodgkin cada 100 mil habitantes1, lo que en Argentina representaría algo más de mil nuevos casos anuales. La mayor frecuencia se da en adolescentes y adultos jóvenes (entre los 15 y 40 años, pero con una mayor concentración entre los 25 y los 30) y en adultos mayores de 55 años.
«El tratamiento del linfoma de Hodgkin es un ejemplo exitoso de la oncología clínica, ya que un alto porcentaje de pacientes se curan con la primera línea de tratamiento. Ello es particularmente cierto en los estadios iniciales de la enfermedad. Sin embargo, en los estadios avanzados la tasa de curación resulta inferior con los tratamientos convencionales, de modo que muchos de estos pacientes podrían beneficiarse de la nueva combinación», concluyó Zerga.
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